I
Amor de ida:
Brote inabarcable,
brazo de agua, vena transparente
que Mil y Una Noches, indecente,
con silencioso don, inconfesable,
calmó mi sed antigua. Tu vertiente
se deshilvana ambigua e inestable,
(como se apaga el sol en el poniente)
sobre las verdes piedras de mis ojos,
llevando en sí mi cúmulo de arrojos.
II
Amor de ida:
Báculo divino,
ramal inquieto, fuente poderosa,
indescifrable espejo del destino,
la irrazonable fe, la eterna rosa,
la flor salvaje ardiendo entre el espino,
la movediza nube presurosa,
señal precisa en medio del camino,
amparo azul de lluvias y de vientos,
punto de luz en cielos turbulentos.
III
Amor de ida:
Manzano prohibido,
puntal de vida, pan multiplicado,
madero al lado del bajel hundido,
original motivo de pecado;
con este verso gris y bien parido
te digo hoy, a verbo despojado,
(sin más temor que aquél que me ha dolido
por no poder morir a tu costado...)
que en este ocaso dulce y sosegado:
No me arrepiento de haberte sentido.
N-O
M-E
A-R-R-E-P-I-E-N-T-O-
D-E
H-A-B-E-R-TE
S-E-N-T-I-D-O