Por fin la tenía
enfrente.
Lo hice. Fue por venganza
aquella primera vez
y todo quedó en la nada.
Lo hice. Fue por venganza
aquella primera vez
y todo quedó en la nada.
La segunda vez
supongo
que fue por placer. Estaba
hambriento de besos y a ella
los besos le desbordaban.
que fue por placer. Estaba
hambriento de besos y a ella
los besos le desbordaban.
El Tiempo se
estremecía
sobre nos como una Espada
de Damocles lujuriosa,
que hería y que no mataba.
sobre nos como una Espada
de Damocles lujuriosa,
que hería y que no mataba.
La tercera vez fue en
vano
y no tuvo quid la cuarta.
De la quinta no recuerdo
siquiera cuál fue la causa.
y no tuvo quid la cuarta.
De la quinta no recuerdo
siquiera cuál fue la causa.
La sexta nos encontró
sin la red y sin las sábanas,
y la séptima - les juro -
que nadie se la esperaba.
sin la red y sin las sábanas,
y la séptima - les juro -
que nadie se la esperaba.
Sin jugarnos la
cabeza
supimos que habría una octava
en el preciso momento
en que el sol nos separaba.
supimos que habría una octava
en el preciso momento
en que el sol nos separaba.
Los testigos se
dormían.
Las veredas despertaban.
Y el Infierno no tenía
más turnos hasta mañana.
Las veredas despertaban.
Y el Infierno no tenía
más turnos hasta mañana.
Y hoy ya no sé si es
placer,
amor, capricho, venganza,
o la arcana complexión
del Fuego en su miscelánea.
amor, capricho, venganza,
o la arcana complexión
del Fuego en su miscelánea.
Lo que sí sé es que
las veces
que nos vimos ya son tantas
que no me alcanzan los dedos
para contabilizarlas.
que nos vimos ya son tantas
que no me alcanzan los dedos
para contabilizarlas.
N o m e a l c a n z a
n
No m e a l c a n z a
n
— ¿Y en el Infierno…?
— No tienen
más turnos hasta mañana.
más turnos hasta mañana.