I
Yo te esperé. Pinté
tus anaqueles
de rosa chicle. Negué a la mesnada
cuerpo y espíritu; a puertas cerradas,
como una virgen floja de papeles.
de rosa chicle. Negué a la mesnada
cuerpo y espíritu; a puertas cerradas,
como una virgen floja de papeles.
Los candidatos (que
tampoooooco eran
la cantidad que se hubiera esperado…)
dieron de frente contra el reforzado
muro de fe que mi amor te erigiera.
la cantidad que se hubiera esperado…)
dieron de frente contra el reforzado
muro de fe que mi amor te erigiera.
II
¡ Yo te esperé !!!
sentada ante los rieles,
el fuego interno hincándome el latido,
alta la faz, la mancha en el vestido,
como una virgen (floja de papeles...).
el fuego interno hincándome el latido,
alta la faz, la mancha en el vestido,
como una virgen (floja de papeles...).
No te importó.
Forrado está el Parnaso
con tantos versos. Virgilio me mira
con muchas ganas de encender la pira
para que el humo tape el cielo raso.
con tantos versos. Virgilio me mira
con muchas ganas de encender la pira
para que el humo tape el cielo raso.
III
Lo grave es que en
esa balacera
de corazones que yo te arrojé,
dando la espalda a ¡ cuánto yo te amé !!!
sin pestañear, te fuiste con cualquiera.
de corazones que yo te arrojé,
dando la espalda a ¡ cuánto yo te amé !!!
sin pestañear, te fuiste con cualquiera.
Y la Ocasión, que es
calva, me ha dejado
en la Estación que habitan – como yo –
los que le escriben al Tren que pasó
la letra ignota de los olvidados.
en la Estación que habitan – como yo –
los que le escriben al Tren que pasó
la letra ignota de los olvidados.
Si alguna vez pasás por estas vías
dejá una rosa sobre mi poesía.
Me la merezco.