UN REPLIEGUE

I

Me he propuesto no quererte.
No porque no lo merezcas
ni porque no me apetezca
ni porque quiera ofenderte.

Ni porque gane al perderte,
o quiera evitar la gresca
con tu nueva adquisición: 
extraña vindicación
de la belleza criolla...

¡A vos cualquiera te embrolla
sin media complicación!

II

El punto es que a tus delicias
yo ambiciono resistir, 
porque pretendo eludir
la magia de tus caricias.

Desoyendo las noticias,
huyendo de ese elixir,
negándome a derretir,
como evadiendo la flama
de ese infierno que me llama
en tu fuego a consumir.

III

¡Y en un torreón de mesura!
yo te aseguro amor mío, 
que me desnudo en el frío
y me entierro hasta mi altura, 

bajo un glaciar de tortura,
negando cualquier estío
y prefiriendo el vacío
hasta escarcharme los huesos, 
si privarme de tus besos
me va reforzando el brío.

IV

Pero si acaso… perdiera, 
- te quiero ser más que clara - 
pues si triunfar no lograra
o mi ejército vencieras.

O mi hueste decayera,
o mi suerte se agotara,
o mi fuerte se incendiara,
¡no te alejes demasiado!
por si mi afán denodado
sin poder más, claudicara;

V

y no me quedara opción
que admitir en esta instancia
(de la que hoy tomo distancia)
mi completa rendición.

La Voluntad es bastión
femenino que flaquea
cuando más se la pelea.
Mi buena intención está, 
(pero no siempre se da
lo que una quiere que sea...).

Pero mi buena intención, 

está...