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Mostrando entradas de agosto, 2013

EL OTOÑO DE UNA VIDA

No sé si queda tiempo, si el Destino - que ya marcó las cartas hace mucho - me va decir si todo lo que lucho vale la pena o es un desatino. Es el otoño de mi vida y siento que el corazón no me negó un latido, y que quererte como te he querido es un tesoro en este breve cuento. No sé leer las líneas de mi mano y no confío en globos de cristal, tan sólo veo que esconde un puñal este reloj que tengo como hermano. Hacia un futuro incierto voy. Pernocto en la manada de los inocentes que hasta el final avanzan dulcemente hilando versos para nada doctos. Humana esencia, como el viento mismo, como la arena que se escurre lenta, como la pobre hoja amarillenta que va secándose sin heroísmo. Dejo en papel poemas color rosa que no son más que un cúmulo de sueños, (menguada herencia para mis pequeños…) pero no puedo darles otra cosa.   Ya no soy dueña más que de esta hora, y del amor que siento aquí y ahora.

ENCONTRARLE LA VUELTA

Habiendo parecido más que sido, propongo a mi sombría irradiación (- ¡ Sombra ! - me gritaron de un rincón…) un giro capital y decidido. Dejar de comerciar con tanto humo, volver a militar en la franqueza, driblear con dignidad a la tristeza que me anda atropellando en grado sumo, torcer la mala entraña del camino, hacer que la ceniza de este cuento se vaya dispersando con el viento y abrir la puerta grande del Destino. Aquellos que me aman, me comprenden, aquellos que me ignoran, no se enteran, si alguno no me quiere, no hay manera ni esfuerzo que le cambie lo que entiende. Empiezo por el punto de partida, o sea, la señora del reflejo que veo cada noche en el espejo tratando de hacer pie por esta vida. En fin, que ando intuyendo que podré salir del laberinto que inventé.

EL TESORO

El ave en cautiverio desconoce que el mar se vuelve rojo por la tarde, que al viento no hay San Juan que lo acobarde y nunca habrá una lluvia que la roce. Le fue vedado el miedo y su misterio, el mal del cazador no la amenaza, el mundo es jaula, rejas, techo, casa… y grises son los muros de su imperio. Le da seguridad tanta quietud, el agua y la comida no le faltan, alarmas y arrebatos no la asaltan y lleva la certeza por virtud. En sueños logra ver que toca el cielo con un divino, azul y eterno vuelo.

EL HALLAZGO

Se detuvo el viento Contra su ventana Y hubo un mar de sombras En las calles anchas Se cubrió de nubes Se quedó callada Sin más voz que un verso Roto de nostalgia Atinó a salvarse Con poesía vana Dibujó sonetos De rima forzada Disfrazó los temas Enhebró palabras Como aquél que enhebra Todas perlas falsas Mintió las sonrisas Ocultó las lágrimas Desterró los sueños Que ya no soñaba Dio de baja un nombre Por pura revancha Y enterró sus letras Bajo flores blancas Se palpó de penas Se palpó de alas Se sintió vacía Sin trigo sin agua Descubrió mil surcos En su frente ancha Y un puñal hincando La verde mirada Se sentó despacio Frente de su casa Y se vio a sí misma Como a algún fantasma Profundo el suspiro La testuz bien alta La verdad desnuda Tajando sus palmas Y en ese momento Serena y callada Con el pecho quieto Deshecha la espada Y la mente fría Y la mar en calma Supo a cie

PULSIÓN DE MUERTE

Pegá con ganas, si ya te conozco... Si por tus golpes bajo la testuz y se me apaga de día la luz, y lo sublime se me vuelve tosco. Pegá. Sabés que estoy acostumbrada al soplo oscuro de tu aliento rancio, y a ese dolor parecido al cansancio que se me filtra por la barricada. Pegá tranquila, pero andá sabiendo que si querés ganarme estás perdida, porque estoy tan aferrada a la vida como ese sol que siempre está naciendo. Y aunque sabemos ambas que al final voy a caer rendida ante tu espada, tengo planeado regalarte nada y hacer que muerdas tu propio sayal. Y hasta ese punto extremo del Destino, no pienso hacerte fácil el camino.

DES equilibrio

Este franco silencio en estampida con tantas nubes rotas ¿ y la lluvia ? hace tanto dolor que no diluvia, que el papel es un páramo suicida. Me robaron la Tierra Prometida, ni siquiera la vi, qué poca fe, no hay peor ciego – me dicen - que el que ve sólo sombras en medio de la vida. Me cambié los cristales, no hubo forma, no se fue la tiniebla del abismo. Tengo el alma con grave astigmatismo y la sangre con coágulos de normas. ¿Y la piel ? - Con la nieve en el orillo. ¿Y el rosal ? - Prodigando las espinas. ¿Y la luz? - Como reina que se inclina. ¿Y las horas? - Clavando sus cuchillos. ¿Y ahora qué…? - Preguntáselo a mi espejo. No respondo inquietudes esta noche, y que vaya tragándose el reproche esa extraña que habita en mi reflejo. Con tantas nubes rotas ¿ y la lluvia ? hace tanto dolor que no diluvia...

CARPE DIEM

I Lejana en la intención de dar consejo, suscribo en estos versos repetidos: (bregando porque sean bienvenidos) mi arenga, que tal vez no llegue lejos… (Al menos a tu casa… Que te toque la puerta despacito y vos me escuches, y por no hacerme caso– ya no luches…- ¡Dejame que lo sueñe y que lo invoque! II Te dije tantas veces… vidas breves nos ha predestinado nuestra suerte, y no hay otro final que el de la muerte y no hay otro tesoro que te lleves, excepto el galardón de haber vivido con máxima efusión cada minuto, rozando en ese límite absoluto la cota del extremo permitido. III No cierres las ventanas, es momento de abrir en par en par tantos cerrojos, de darle libertad a tus antojos y no seguir peleando contra el viento. de no callar los ¡Quiero! y los ¡Te quiero! de ser más vos que nadie, frente al mundo, y al fin dejar el puesto del segundo a aquél que no se anima a ser primero. IV El sol que no nos quema, nos escombra,

ESTA TARDE

Te busqué esta tarde en el patio de todos los días en la galería multicolor entre guardapolvos parecían palomas ¿sabés? palomitas volándose a mi paso te busqué fuera de horario fuera de foco fuera de la ley te busqué en el mundo real y sin apuro y sin rumbo y sin esperanza y por una sola causa porque todavía te sigo encontrando en sueños

A UNA AMIGA,

qué es eso, cortazarita, pichoncito de cronopio, de andarle recordando al estanque que alguna vez fue mar; qué es eso, mocosa, compórtese carajo, de hacerle ver a la brisa que todavía tiene pasta de viento; qué es eso, ubíquese che, de sembrar estrellas en la oscuridad y volverse a casa así como si nada.

LA REVELACIÓN

Blogger le hizo creer que existía el amor. Twitter,  que llevaba la verdad consigo. Facebook, que tenía montones de amigos y que era posible otro mundo mejor. La pompa y la imagen entre juglaría, la foto elegida en un cendal de humo, detrás de la cual no se advierten los grumos del pobre y falaz mester de paganía. Incauta fue aquella que en un monitor se vistió de seda y de literatura, como si en la arena de esa cuadratura un genio pudiera curarle el dolor. ¡Confundir alquimia con puras cenizas! No hay zapato alguno sobre la escalera. No hay conejos blancos dentro la chistera. Y un dios implacable se muere de risa. Para una mentira no hay nada más sano que el sol en la cara una manaña fría, denunciando al mundo esa melancolía que lleva la escueta verdad de la mano. La verdad desnuda, sin peros, sin ropa, con el paso firme sobre la explanada, renunciando al vórtice de la pavada, vaciando de un solo puntapié

LAS COSAS QUE SE FUERON

A mi padre, Un patio con aromas de cedrón. La verde bicicleta en una esquina de un Banco, resguardada por la encina en horas de la siesta. La canción- rozada por el mar de la emoción- de Strauss en ese viejo tocadiscos, el brillo en el Renault, y el muy arisco latido de un quebrado corazón. El arduo laberinto de papeles con números y cuentas, los diversos volúmenes mostrando El Universo, poblando en los gastados anaqueles. Las cosas que se fueron, pero viven... debajo de las letras que se escriben.

LA MUERTE

Se cayó una rosa, hoy, recién nacida. Apenas despuntaba pétalos. El suelo le ofició de alfombra gris, con desconsuelo; recién tornada a luz, recién amanecida. Igual como se apaga el brillo de una estrella, o como se oscurece sin razón el cielo, bajo una sentencia forjada en el hielo, que no admite queja alguna, ni querella. Y mañana el sol, que sale para todos, y el reloj que sigue caminando esferas, que no se detiene, que no nos espera, que clava su aguja sin medir el modo. Y el mundo que gira y el tiempo que avanza, y nosotros, mudos como espectadores. Una flor de menos entre tantas flores. Se cayó una rosa, hoy, sin esperanza. Y a pesar de versos, poemas, canciones, nadie encuentra bálsamo ni explicaciones.

A QUIEN ESCRIBE

No busques el poema. No persigas las palabras igual que a mariposas y no pretendas ver crecer las rosas allí donde esparciste sólo migas. No siembres en la arena, ya no sigas inventando piruetas en el aire, fue suficiente cuota de desaire, no hay fuego enfrente, ni línea enemiga.   No esperes oro blanco en las espigas ni lluvias en las tardes calurosas ni luna sobre noches tormentosas, tan sólo porque quieras o lo digas. No reces un rosario, ya no hay tinta, ni sangre generosa recorriendo las páginas en blanco, suscribiendo partidas con sus líricas extintas.    No apuestes al prodigio. Una infiel indiferencia y vacuidad rotunda se ha apoderado ya de la errabunda virtud que supo andar en tu papel. No vayas contra el viento. No te pares a soportar el golpe de la ola, porque el embate es duro y estás sola para enfrentar el mar cuando te encare. No sigas cabalgando. Rocinante, cansado,  ya no pue

CARTA A MI PADRE

No los viste nacer, no los tocaste. Su llanto y su sonrisa no te fueron concedidos, y se desvanecieron en el instante mismo en que marchaste. No coincidieron en tiempo y espacio. La mano del azar no unió sus manos. La foto que no fue refleja en vano una luz que se filtra muy despacio por las puertas del alma. Y aún así, en la mirada de ellos permanece una esmeralda que te pertenece, antes y ahora, para siempre, aquí. Mirarlos a los ojos es mirarte, y burlar a la Muerte, y recobrarte.

CARTA RECIBIDA ANOCHE

I Tenemos alas. Miranos. No hay reja que nos habite ni miedo que nos evite tender invisibles manos, y andar el aire, ese imperio intangible, inabarcable, de límites impensables, que encierra el mayor misterio. II Tenemos alas. Las cuerdas no nos ataron los pies. Nacimos libres, después burlando toda mancuerda vamos cumpliendo un destino precioso, franco, sin vueltas, encantadas y resueltas a mostrar un don divino. III El don de la Libertad que no se compra ni vende, y que sólo se desprende de la propia voluntad. Sólo existe un carcelero y habita en nosotros mismos, pero es un pobre espejismo, y hay que quitarle los fueros. III No damos explicaciones, no le tememos al viento, y no está en nuestro argumento suplicar contemplaciones. No nos debemos a un hombre, no nos encierra una casa, no nos cubre una coraza, no nos ata ningún nombre… Y si nos niegan la mano, y si nos falta un consuelo, nos vamos ganando cielo a

POEMA DEL ¨QUÉ DIRÁN¨

Se me hizo tarde para la virtud y en el reparto del agua bendita, sin intención, me equivoqué de ermita, con un problema grave de actitud. Y aquel mortal que esta verdad desmedra puede arrojar mi nombre al fuego eterno, puede exiliarme al puerto del infierno, puede tirarme la primera piedra. Pero, cuidado, que al juzgarme tanto y entretenerse mucho con mi caso, es alto el riesgo de pifiar el paso y de enredarse con el propio manto… Yo, por mi parte, transito en la cuesta con mi precaria humanidad a cuestas.

LA MILONGA DEL VOLANTAZO

I Tan cansada estoy de mí, que he pensado en redimirme, y no es que quiera agredirme esta tarde, porque sí, sino es porque decidí corregir una tendencia que me tiene en abstinencia de mejores decisiones y otra medida de acciones, con lógicas consecuencias. II Cuando el espejo te muestra a aquél que nunca serías, hay que tener la osadía de saltar a la palestra y a derecha y a siniestra (cuando ya nadie nos ve) dejar sentado con fe que el rumbo se cambiará, y por ende, no será ya nunca más el que fue. III Ergo, le doy cesantía a la pena que me habita y a la nostalgia infinita que me oscurece los días. Se queda la cobardía de patitas en la calle, y puede que la ametralle sin dar la menor excusa si mañana se me cruza (y no supongo que falle). IV En cuanto al amor, declaro receso de privaciones. Que vayan los corazones encontrándose un amparo, y se ensamblen, con descaro, en perfecta confluencia.