DUDEMOS de tu reja y de mis alas.
De la fortaleza de tus armaduras.
De la fragilidad de mi cintura.
Dudemos de que nunca te entren balas.
De la fortaleza de tus armaduras.
De la fragilidad de mi cintura.
Dudemos de que nunca te entren balas.
De tu silencio y de mis
corazones.
De tu prudencia y de mis osadías.
De tus murallas y de mi poesía.
De mis peros y de tus afirmaciones.
De tu prudencia y de mis osadías.
De tus murallas y de mi poesía.
De mis peros y de tus afirmaciones.
De las derechas y de las
siniestras.
De que no haya fuego bajo las cenizas.
De las fotos prodigándose en sonrisas.
De los felices sobre la palestra.
De que no haya fuego bajo las cenizas.
De las fotos prodigándose en sonrisas.
De los felices sobre la palestra.
De los dioses y de los demonios.
De las citas y de los encomillados.
De aquellos que están libres de pecado.
De que no me estés soñando en tus insomnios.
De las citas y de los encomillados.
De aquellos que están libres de pecado.
De que no me estés soñando en tus insomnios.
Dudemos, que es principio de
certeza
descreer (aunque muchos se lo crean).
Es suficiente saber de qué alardean,
para notar la carencia que les pesa.
descreer (aunque muchos se lo crean).
Es suficiente saber de qué alardean,
para notar la carencia que les pesa.
Dudemos, sin confín y sin decoro,
de todo… menos de que yo te adoro.
de todo… menos de que yo te adoro.
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