I
Hubiera querido ser
quien rompiera tu silencio
en infinitos colores,
en banderas, en espejos.
quien rompiera tu silencio
en infinitos colores,
en banderas, en espejos.
O en un palacio de
Ítaca
haber tejido ese género
con la fibra de la épica
y la paciencia del ciego.
haber tejido ese género
con la fibra de la épica
y la paciencia del ciego.
O el lazarillo sin
nombre
que guiaba el paso de Homero.
O la tinta sin escrúpulos
de las letras de Quevedo.
que guiaba el paso de Homero.
O la tinta sin escrúpulos
de las letras de Quevedo.
O ante el magnífico
Rey
haber leído mil cuentos;
y en la Noche Mil y Una
tener a mis pies, tu Reino.
haber leído mil cuentos;
y en la Noche Mil y Una
tener a mis pies, tu Reino.
II
O madera de bambú
como signo del imperio
de laca de ese bastón
de apoyo del Genial Viejo.
como signo del imperio
de laca de ese bastón
de apoyo del Genial Viejo.
O la autora
irrefutable
del mejor de los sonetos.
O la trama de tus sábanas,
o el numen sobre tus textos.
del mejor de los sonetos.
O la trama de tus sábanas,
o el numen sobre tus textos.
O abrir una carta
tuya
confesándome un secreto:
( ¨ que vos también me querías... ¨ ),
contra todo reglamento.
confesándome un secreto:
( ¨ que vos también me querías... ¨ ),
contra todo reglamento.
III
Pero fuimos lo que
fuimos,
más allá de los deseos,
más acá de las mentiras
y al costado de mis sueños.
más allá de los deseos,
más acá de las mentiras
y al costado de mis sueños.
Hace rato que mis
lámparas
han despedido a los genios
por total incompetencia,
y por sordos, y por lerdos.
han despedido a los genios
por total incompetencia,
y por sordos, y por lerdos.
Prefiero enterrar tus
piedras
y desangrarme los dedos,
a imaginar que acaricio
y desangrarme los dedos,
a imaginar que acaricio
tus inalcanzables
pétalos,
por lo que voy a
aceptar
que llegó el final del juego,
y que fuiste un arco iris,
a cuentagotas y a tientos,
que llegó el final del juego,
y que fuiste un arco iris,
a cuentagotas y a tientos,
como una perla de
lluvia
en la boca del sediento;
y en mi naufragio, la balsa
que me condujo hasta el puerto.
en la boca del sediento;
y en mi naufragio, la balsa
que me condujo hasta el puerto.
IV
Y hoy te escribo este
poema
como el que a Dios, dice un rezo:
en voz baja y suplicando
que me resguardes del Tiempo,
como el que a Dios, dice un rezo:
en voz baja y suplicando
que me resguardes del Tiempo,
entre las cosas
vividas,
en tu bastión de recuerdos
y mezclada entre las páginas
de esos Dos Libros de Versos...
en tu bastión de recuerdos
y mezclada entre las páginas
de esos Dos Libros de Versos...
para volver lo
profano:
sagrado, invencible, eterno,
firmando (desde lo humano)
un simulacro de Cielo,
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y para salvar mi nombre
del zarpazo del Leteo.
sagrado, invencible, eterno,
firmando (desde lo humano)
un simulacro de Cielo,
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y para salvar mi nombre
del zarpazo del Leteo.
p a r a s a l v a r l o
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