¨Temed más al amor de una mujer
que al odio de un hombre¨
Sōkrátēs (470 – 399 a. C.)
¡Elemental , Sócrates...!
que al odio de un hombre¨
Sōkrátēs (470 – 399 a. C.)
¡Elemental , Sócrates...!
Yo no me animo a arriesgar
a esta altura del partido
(quién ha ganado o perdido)
porque nos falta jugar,
pero podría decirse
que hasta el final de la historia
mejor no cantar victoria,
ni achicarse, ni rendirse…
I
Me viste fanfarronear
en las vidrieras virtuales
con la ñata en los cristales,
sin intención de comprar.
Y me dejaste tocar
el cielo- que también era-
una lejana quimera
disfrazada de consuelo
(que aunque la vistan de cielo,
siempre será una quimera…)
II
Me dejaste cacarear
después de que puse el huevo.
Me atragantaste un placebo
para intentarme calmar.
Me dejaste aterrizar
sobre tu arena caliente,
me nombraste Presidente
del Club de las Perejilas,
y me fundiste las pilas
para irte por la tangente.
III
Me dejaste empapelar
con mis libros los hoteles,
me pusiste cascabeles,
en pos de hacerme callar.
Pero dejar de ladrar,
sabés bien que no es lo mío,
(las perras que quieren lío)
no se rinden enseguida
y arriesgan ¡hasta la vida!
con tal de sacarse el frío.
IV
Me diste apenas la mano
para evitar darme todo,
¡y yo te mordí hasta el codo!
con esfuerzo sobrehumano.
Si hubieras tenido un piano
o la Flauta de Hamelín,
me habría quedado sin
instrumentos por tocar…
(al ¨Himno del Buen Pecar¨,
no es fácil ponerle fin).
Yo no me animo a arriesgar
a esta altura del partido,
(si soy yo quién lo ha perdido)
porque nos falta jugar,
V
ni tampoco a asegurar
quién va a ganar esta guerra:
Si este proyecto de perra
con diez vueltas de collar,
o vos y ese farolear
de gallito desplumado,
que siempre mira a otro lado
y encara cualquier esquina,
volando a doble turbina,
con tal de no ser cazado.
VI
En fin, se cuentan los muertos
recién al final del susto,
(no vaya a ser que el disgusto
te lo aguantés en tu puerto).
Seguí mirando este entuerto
como lechuza al revés,
y si Rambo te creés
por merodearme el canil,
cuidáte de que un misil
te emboque donde no ves...