Si el plumero tornara al fin en pluma,
si la escoba lograra ser cuartilla,
y si el agua clorada y amarilla
transformárase en tinta sin espuma,
vos y yo (notesé que buena suma…)
dejaríamos pisos y rejilla,
polvo inmundo, letrinas y vajilla
despejando en un soplo tanta bruma.
Nos pondríamos sayo de poetas
con el oro bordado en nuestras capas
y armaríamos versos con enredos.
No tendríamos cóleras secretas
ni seríamos siervos de las papas,
usando en nuestro bien todos los dedos.
si la escoba lograra ser cuartilla,
y si el agua clorada y amarilla
transformárase en tinta sin espuma,
vos y yo (notesé que buena suma…)
dejaríamos pisos y rejilla,
polvo inmundo, letrinas y vajilla
despejando en un soplo tanta bruma.
Nos pondríamos sayo de poetas
con el oro bordado en nuestras capas
y armaríamos versos con enredos.
No tendríamos cóleras secretas
ni seríamos siervos de las papas,
usando en nuestro bien todos los dedos.