La escritora que nos ocupa hoy, fue una poeta mística mexicana, que desde su temprana adolescencia se destacó por su destreza dialéctica, notable erudición y habilidad versificadora.
Perfiló para desarrollar una labor literaria de alto vuelo, pero hubo un hito en su vida que la marcó en forma lóbrega: Cayó en las redes de un inmensurable amor no correspondido, tan laberíntico y tortuoso, como imposible de fraguar con final favorable.
A partir de ese momento, sus letras torcieron aviesamente el rumbo, tornándose oscuras, resentidas, re/ sentidas, reprimidas y con un marcado tono de reproche.
Transcribimos, como Verbigracia, la siguiente estrofa en versos de arte menor:
Perfiló para desarrollar una labor literaria de alto vuelo, pero hubo un hito en su vida que la marcó en forma lóbrega: Cayó en las redes de un inmensurable amor no correspondido, tan laberíntico y tortuoso, como imposible de fraguar con final favorable.
A partir de ese momento, sus letras torcieron aviesamente el rumbo, tornándose oscuras, resentidas, re/ sentidas, reprimidas y con un marcado tono de reproche.
Transcribimos, como Verbigracia, la siguiente estrofa en versos de arte menor:
Hombre necio, que podéis
(con mi permiso otorgado)
inundarme de pecado,
te escapáis y no queréis…
¡¿Pero vos sois, o te hacéis?!
(con mi permiso otorgado)
inundarme de pecado,
te escapáis y no queréis…
¡¿Pero vos sois, o te hacéis?!
Ella des/esperaba por incurrir en algún pecado, pero él no le daba lugar…
Fue entonces, que tristemente acostumbrada al hábito de que él no satisficiera sus demandantes requerimientos, en su no tan floreciente juventud, emprendió un viaje de ida a la Isla del Nunca Más Una Alegría, en la provincia de Ligera de Chiapas (Mex), con la resolución de tomar los hábitos en el Convento de las Carmelitas con taco aguja de la Orden de las Tumbadas del Catre.
Gracias a su decisión de convertirse a la vida religiosa, logró superar un estado anímico totalmente adverso y signó para siempre un cambio en la temática de sus textos, que se volvieron más piadosos, notablemente comprensivos y de carácter místico.
Aunque el verdadero nombre de la poetisa nunca trascendió, el mundo de la literatura la recordará como Sor Prendente Parada de Carro, la Poeta Piadosa.
Fue entonces, que tristemente acostumbrada al hábito de que él no satisficiera sus demandantes requerimientos, en su no tan floreciente juventud, emprendió un viaje de ida a la Isla del Nunca Más Una Alegría, en la provincia de Ligera de Chiapas (Mex), con la resolución de tomar los hábitos en el Convento de las Carmelitas con taco aguja de la Orden de las Tumbadas del Catre.
Gracias a su decisión de convertirse a la vida religiosa, logró superar un estado anímico totalmente adverso y signó para siempre un cambio en la temática de sus textos, que se volvieron más piadosos, notablemente comprensivos y de carácter místico.
Aunque el verdadero nombre de la poetisa nunca trascendió, el mundo de la literatura la recordará como Sor Prendente Parada de Carro, la Poeta Piadosa.
RESEÑAS ARQUEOLÓGICAS:
El cinturón de castidad de la Poeta Piadosa,cuya cerradura original permanece (aparentemente) intacta,exhibido actualmente en el Salón ¨Animal Print¨ del Museo del Vaticano.
Célebres son las loas escritas por la mencionada autora a partir de su ordenación (alternando redondillas y romances) de las cuáles rescatamos la más emblemática, intitulada:
El cinturón de castidad de la Poeta Piadosa,cuya cerradura original permanece (aparentemente) intacta,exhibido actualmente en el Salón ¨Animal Print¨ del Museo del Vaticano.
Célebres son las loas escritas por la mencionada autora a partir de su ordenación (alternando redondillas y romances) de las cuáles rescatamos la más emblemática, intitulada:
LOA A UN SANTO VARÓN
*¡Oh! Santo Varón, perdón…
por acusarte con dolo
de malquererme y vos solo
cumplías con tu misión.
¡Oh! Varón, que fue de roca
tu voluntad soberana,
al sacarme tu manzana
más que a tiempo de la boca;
y esa lúbrica serpiente
ya no me hiciste tocar,
a fin de no envenenar
el manantial de mi mente.
* Como en la muestra, un botón,
vos me probaste de sobra
que tu virtuoso blasón
no se quiebra, ni se dobla…
Y tu noble corazón
torna en piedra si me nombra,
tan sólo para guardarme
del pecado y la deshonra.
¡Sacrosanto es el varón
que sus instintos ignora
para amparar el honor
de la dama que lo acosa!
* Pongo a un ángel por testigo
diciendo que tu desdén
me empuja a portarme bien.
Y si la paz es conmigo,
es porque hay nadie en la Tierra,
con quien – sacándote a vos-
(si miento, ¡múlteme Dios!)
me interese hacer la guerra.
Me niego a que otro destrabe
mi cinto de castidad.
Nunca es mala la verdad:
Vos te tragaste la llave.
¡Yo no quería salvarme!
Pero un error del destino
a tus pies hincarme vino
y nunca pude librarme.
Con vos tengo asegurada
una parcela en el Cielo
amurallada con hielo,
y bien esterilizada.
Ergo, quejarme es en vano,
si al fin y al cabo logré
sin sudor ni buena fe
mente limpia en cuerpo sano…
Y agradezco eternamente
que tu férrea voluntad
mantenga mi santidad
a salvo del indecente
proceder de ¨mi otro yo¨,
que ya estaría en eterno
fuego lento en el Infierno,
si no hubieras dicho ¨No¨
Poniendo a mi potra en calma,
te deseo con decoro
que el Señor te pague en oro
haber salvado mi alma.
Y asimismo en mi memoria
voy a guardarte, bombón,
pidiendo en cada oración
que Dios te tenga en la gloria.
(Por más que segura sea
la celda que me cobija,
siempre va haber una hendija,
por si cambiaras de idea…)
Sor Prendente Parada de Carro
La Poeta Piadosa
(1523-1598)
Ligera de Chiapas (México)
*¡Oh! Santo Varón, perdón…
por acusarte con dolo
de malquererme y vos solo
cumplías con tu misión.
¡Oh! Varón, que fue de roca
tu voluntad soberana,
al sacarme tu manzana
más que a tiempo de la boca;
y esa lúbrica serpiente
ya no me hiciste tocar,
a fin de no envenenar
el manantial de mi mente.
* Como en la muestra, un botón,
vos me probaste de sobra
que tu virtuoso blasón
no se quiebra, ni se dobla…
Y tu noble corazón
torna en piedra si me nombra,
tan sólo para guardarme
del pecado y la deshonra.
¡Sacrosanto es el varón
que sus instintos ignora
para amparar el honor
de la dama que lo acosa!
* Pongo a un ángel por testigo
diciendo que tu desdén
me empuja a portarme bien.
Y si la paz es conmigo,
es porque hay nadie en la Tierra,
con quien – sacándote a vos-
(si miento, ¡múlteme Dios!)
me interese hacer la guerra.
Me niego a que otro destrabe
mi cinto de castidad.
Nunca es mala la verdad:
Vos te tragaste la llave.
¡Yo no quería salvarme!
Pero un error del destino
a tus pies hincarme vino
y nunca pude librarme.
Con vos tengo asegurada
una parcela en el Cielo
amurallada con hielo,
y bien esterilizada.
Ergo, quejarme es en vano,
si al fin y al cabo logré
sin sudor ni buena fe
mente limpia en cuerpo sano…
Y agradezco eternamente
que tu férrea voluntad
mantenga mi santidad
a salvo del indecente
proceder de ¨mi otro yo¨,
que ya estaría en eterno
fuego lento en el Infierno,
si no hubieras dicho ¨No¨
Poniendo a mi potra en calma,
te deseo con decoro
que el Señor te pague en oro
haber salvado mi alma.
Y asimismo en mi memoria
voy a guardarte, bombón,
pidiendo en cada oración
que Dios te tenga en la gloria.
(Por más que segura sea
la celda que me cobija,
siempre va haber una hendija,
por si cambiaras de idea…)
Sor Prendente Parada de Carro
La Poeta Piadosa
(1523-1598)
Ligera de Chiapas (México)
Notas de esta Autora:
Se han transcripto en blanco las redondillas y en gris, los romances.
- Cualquier eventual imperfección en la métrica, es atribuible a un error del copista.
Esto terminó.
Podéis ir en paz...