JACULATORIA

Yo siento una profunda admiración
por una especie estoica de señoras
que (sin requerimiento y sin demoras)
asperjan una salva de opinión,
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hablando de los hijos (pero ajenos…)
y dan su batería de instructivos,
no ahorrando afirmaciones ni adjetivos,
a fin de procurar sacarlos buenos,
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¡ con tan acalorados entusiasmos !
que (creo) sus maridos valuarían
en oro, si las mismas energías
usaran para conseguir orgasmos.
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Y olvidan, entre tanta verborragia,
mirar a los cachorros que han parido,
haciendo salvaguardia en otros nidos,
y no viendo en su quid las hemorragias.
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Que el dios de la Piedad no las remuerda,
que guarde compasión, que las admita,
que cuide a su simiente y no permita
que tengan que tragar su propia mierda,
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< porque es más fácil limpiar la calle ajena
que emprender, en la propia, igual faena >

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A M É N

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