Luché empuñando versos
Que los que amo
Olviden que escribí con una espada
En contra de las lágrimas
Quién sabe
En contra del dolor de ser yo misma
En contra de las sombras que me acechan
Que a todos nos acechan en silencio
Caí en poemas rosas
Dios me salve
Del juicio del que ya escribió El Poema
Los funda como al hierro entre las llamas
En un crisol de piel y de resinas
Los guarde en un arcón de siete llaves
Aquél por cuyo nombre se gestaron
Y vuelvan las palabras como olas
A darle esa caricia que le falta
O el beso que le niegue otro destino
Y sea la sublime recompensa
De quien en una tarde ya olvidada
Va uniendo las esquirlas de estas letras
De doble filo.