UN DESIGNIO

Vas a inclinar la cabeza cien veces.
Vas a luchar por lo que ya perdiste. 
Vas a alegar que (aunque nunca quisiste)
estás pagando este precio con creces.

Vas a seguir (generando el camino).
Vas a olvidar el paso del prudente. 
Vas a vivir con el pecho latente, 
en analógico y franco destino.

No habrá dictamen que se haga tu rey. 
Así figura en tu gris expediente:
un ciego amor, una vasta simiente
y el cumplimiento cabal de esta ley: 

Te concedieron el fuego y las llaves, 
llegó el momento de quemar las naves.