Me rindo. Te firmo al pie
de esta clarísima nota,
mi más sincera derrota.
Tiene límites la fe.
Me rindo. Toda mi hueste
se retira de la guerra,
y acepto esta suerte perra
que duele como la peste.
Me rindo. Te dejo a vos
aproximadamente… mil versos,
besos, caricias, esfuerzos,
y con la venia de Dios,
sigo- por fin- mi camino,
mastico lento la pena,
cumplo esta dulce condena
y me allano a mi destino.
A tiempo, el que se retira
zafa de ser apedreado,
de la herida en el costado
y de quemarse en la pira.
Olvidate de mi nombre,
borrame de tu memoria,
tachá de lleno esta historia,
si sos- como pienso- un hombre.
Me estoy haciendo un favor,
y a vos también, alma mía,
te libro de mi poesía,
de este peso y de mi amor.
De mis besos…
De mi amor.