Si responde al llamado de ¨Mamá¨,
levanta la mirada débilmente,
se instala en el efímero presente
y en ríos de recuerdos, viene y va.
Hay jardines, y una fuente, y hay un perro.
Un aljibe en el patio, dulce y rojo.
Una nena con zafiros en los ojos.
Y jardines, y una fuente, y un perro…
El pasado ya no es más un laberinto,
es la exégesis más pura del Edén,
no hay Futura estación, y ya no hay tren
de humo azul, ni cadenas, ni precintos.
Y entre ríos de recuerdos, viene y va,
y responde al llamado de ¨Mamá…¨