Yo perdí lectores,
amigos del alma,
la aguja en el pasto,
la perla en el agua.
Y perdí tus besos,
el reloj, la calma,
la brújula, el norte,
la razón, la página.
He perdido el juicio
junto a un par de alianzas,
y un millón de versos,
(todo entre tus sábanas…)
y un millón de versos,
(todo entre tus sábanas…)
Yo he perdido el tren
que a vos me llevaba,
y en un mar de dudas,
la última barca.
He perdido el tiempo,
invertí mañanas
preciosas pensando
cómo te olvidaba.
He perdido el rumbo,
la clave, los mapas
y todas las llaves
que abrían la caja.
Perdí la paciencia,
el pudor, las lágrimas,
y en el hall del miedo,
todas las palabras.
Se me va la vida
como arena blanda
y tengo sentencia
firme en toda instancia.
Pero, sin embargo,
no sé que me pasa,
no sé que me pasa,
no pierdo el coraje,
no pierdo las mañas.
no pierdo las mañas.
Y a pesar de suerte
tan perra, tan mala,
no pude (hasta
ahora…)
perder la esperanza.
perder la esperanza.