Nadie puede hacer algo
para que otro lo ame
el amor no es un bien
que se da a quien lo pague
es un rayo alocado
que te hierve la sangre
y te deja estaqueado
en mitad de la calle
y no pide permiso
y le sobra coraje
y se muere de risa
si te ve haciendo planes
No hay esfuerzo posible
ni desvelo que alcance
ni energía del alma
ni tesón de la carne
ni derroche de cartas
ni promesas de aguante
ni el mayor juramento
ni el más nítido avance
que convenza a Cupido
de que no nos encare
(y también busque al otro…)
y a los dos nos abarque
No hay denuedo que sirva
para hundir su dictamen
ni escribir en la piedra
ni firmar con la sangre
si al final es lo mismo
que escribir en el aire
no es recíproca luz
no es un justo debate
nadie elige el candil
del que va a enamorarse
nadie elige la hoguera
con la cual va incendiarse
No hay plegaria, no hay fe,
ni esperanza ni alarde
que alguien pueda forjar
(con o sin Dios mediante)
para hacer que ese otro
que no lo ama, lo ame…