Como mueren los hombres y las rosas,
morirá mi recuerdo en tu memoria
sin desdén, sin condenas y sin gloria,
con el paso del tiempo y de las cosas.
Sin embargo, los vientos del verano
no serán ya los mismos que eran antes,
(hay pasiones que marcan los diamantes),
y eso irá con mi nombre de la mano.
No habrá idénticas siestas, no habrá igual
tentación de manzanas a lo lejos,
y mi sombra, escondida en los espejos,
hará en vos una química eternal.
Los amores fugaces, aunque expiran,
dejan luz en los ojos que los miran…