Si acaso fuera posible, si mi alma tuviera un precio, lo daría todo a cambio juntamente con mi reino, pero no por un caballo como Ricardo Tercero, por un dato, nada más, (nada más o nada menos... ) que me indicara si anoche debajo de un mismo cielo, a metros luz de distancia, pisando idéntico suelo, y con la piel incendiada, igual que yo - en secreto - con un silencio infinito, también me abrazaste en sueños. Pero... mi alma no vale más que un puñado de versos, que a su vez, nada cotizan, porque germinan ¨de a cientos¨ creciendo sobre los campos como hojarasca de invierno, invadiendo las espigas, los sojales, los esteros, amarronando el paisaje con su manchón harapiento, en los bordes del camino y entre las flores del trébol. Ojalá ... que si algún día lograran costar al menos treinta monedas de oro, o unos poquísimos pesos, o siete perlas de agua en medio de algún desierto, alguien pudiera aceptarlos y me pagara por ellos, con un dato… nada más… (nada más o nada menos) que me indicara...
RED CULTURAL - HISTORIA - LITERATURA - FILOSOFÍA