I
La FUENTE DE LOS DESEOS
ha cesado en sus funciones
por un grave incumplimiento
de cargos y obligaciones.
La demandamos por fraude
y robo de corazones
aquellos pobres incautos
que confiamos en sus dones.
II
Nadie quiso defenderla
de tantas inculpaciones
(ni el abogado más hábil
arregla estas situaciones).
En mi larga acusación,
referí las ocasiones
innúmeras que entregué
en ella mis ilusiones.
En Marzo, 8 - 10:30,
movida por la aflicción,
como último recurso,
le arrojé mi corazón.
Moneda de tal cuantía
no contempla valuación
y aunque no fuera ¨El Zahir¨,
sí - era: ¡Mi posesión!
III
Una estafa de tal grado
no se merece perdón,
y toditas las monedas
sufrieron confiscación.
La dejaron clausurada,
sin agua ni compasión,
con el castigo perpetuo
que amerita la cuestión.
Tanta pruebas recabadas
validaron la razón
por la que fue condenada
a cesar en su función.
IV
Cuando fui a recuperar,
infeliz, mi corazón,
me informaron sin temblar
su completa destrucción.
Así, descorazonada,
volví hasta mi casa yo,
con la sentencia dictada
y el temple que Dios me dio.
Pero vi en la sombra helada
la fuente vacía y no
pude evitar la cascada
de llanto que me brotó.
Entonces, con voz doliente
grité, pero nadie oyó…
que por ¨tanto ir a la fuente
mi cántaro se quebró.¨
Perseguir lo que se quiere,
a veces suele costar
más caro de lo que puede
un ser humano pagar...
La FUENTE DE LOS DESEOS
ha cesado en sus funciones
por un grave incumplimiento
de cargos y obligaciones.
La demandamos por fraude
y robo de corazones
aquellos pobres incautos
que confiamos en sus dones.
II
Nadie quiso defenderla
de tantas inculpaciones
(ni el abogado más hábil
arregla estas situaciones).
En mi larga acusación,
referí las ocasiones
innúmeras que entregué
en ella mis ilusiones.
En Marzo, 8 - 10:30,
movida por la aflicción,
como último recurso,
le arrojé mi corazón.
Moneda de tal cuantía
no contempla valuación
y aunque no fuera ¨El Zahir¨,
sí - era: ¡Mi posesión!
III
Una estafa de tal grado
no se merece perdón,
y toditas las monedas
sufrieron confiscación.
La dejaron clausurada,
sin agua ni compasión,
con el castigo perpetuo
que amerita la cuestión.
Tanta pruebas recabadas
validaron la razón
por la que fue condenada
a cesar en su función.
IV
Cuando fui a recuperar,
infeliz, mi corazón,
me informaron sin temblar
su completa destrucción.
Así, descorazonada,
volví hasta mi casa yo,
con la sentencia dictada
y el temple que Dios me dio.
Pero vi en la sombra helada
la fuente vacía y no
pude evitar la cascada
de llanto que me brotó.
Entonces, con voz doliente
grité, pero nadie oyó…
que por ¨tanto ir a la fuente
mi cántaro se quebró.¨
Perseguir lo que se quiere,
a veces suele costar
más caro de lo que puede
un ser humano pagar...