El ¨MANUAL PARA TRATAR DE ENTENDER A LAS MUJERES¨,
de autoría de la (no muy) conocida y (no tan) tristemente desaparecida Socióloga y Licenciada en Psicología de la Mujer,
Doctora ANÁ DALEKRÊAS
(Atenas, 1791- Salsipuedes (Cba), 1890)
constaba de 80 tomos cosidos con hilo, tapa dura y papel de primera calidad, lanzados al mercado
en aquella época, por la EDITORIAL OSCOMPADEZCO,
cuya obra completa estaba íntegramente escrita en sonetos anti-académicos con estrambote...
¿Lo qué...?
Dichos textos, no pretendían ser apológicos de la infidelidad femenina, sino, por el contrario, apuntaban a brindar herramientas de acción y comprensión, que facilitaran a los abnegados varones (hiiiiiiiiiiiiiiiijos de ... Adán), a entender determinadas reacciones y ciertos patrones de comportamiento femeninos, con el objeto de optimizar las relaciones de pareja.
De la referida y frondosa colección, hemos extraido dos sonetos, que (quizás) leerán a continuación.
I
Cuando una hembra su autoestima eleva
no hay peste que detenga su avanzada
ni hueste que en arenga alborotada
le impida ir escalando al sol. Se lleva
por tiara un haz de nube, por espada
los céfiros azules y releva
al rey de los querubes; se subleva
con ínfulas de diosa encopetada.
Entonces, busca un macho en la manada
hambriento de caricias, una especie
de típico antihéroe que altiprecie
la mano que lo sede, la cascada
de besos que consuelen su andanada
(en tiempos en que el gris otoño arrecie)
-Por nada…
No existe salvación de más cuantía
que la que da una hembra con valía.
II
Mas si la dama quiebra sus almenas
andando entre las piedras, se desploma
su espíritu, la voz se vuelve roma
llorando sus temores y sus penas.
La esquirla de una lágrima en la arena
rotura el alma, sangra y entra en coma
su antiguo resplandor, negra se asoma
la sombra del halcón que la condena.
Entonces busca un macho cuya vena
le indique los caminos hacia Roma,
le sea tabla en mar, varón que toma
el toro por las astas, mientras doma
con fibra el vendaval, y le serena
la coz del huracán que su ego aliena.
Ya plena…
la suerte de aquel héroe se dispone
de acuerdo a lo que su ánimo propone.
Por eso siempre es bueno (no te asombres)
tener a mano dos clases de hombres…
Dra. ANÁ DALEKRÊAS
(Atenas, 1791- Salsipuedes (Cba), 1890)