Cuando el Amor se instala en la Poesía,
no es del Autor el mérito del verso,
aunque sabemos que todo el esfuerzo
es de su pluma bañada en porfía.
Pero la tinta que le da osadía,
es la del Otro, del que no se ve:
la inspiración, el motivo, la fe,
la íntima causa y la extrema energía.
Nadie sabrá jamás de co-autoría,
porque celoso es de firma el Poeta,
pero en la otra rúbrica secreta
guarda el Poema toda su hidalguía.
Y como el hombre (que es gracia de Dios),
se multiplica por obra de dos…