Hesíodo y su intrincada mitología.
Un campo y un pastor y una divina tarea.
Las Musas de Helicón engendrando un poema sin tiempo.
El hálito de Zeus por sobre todas las cosas.
La fe en el Orden Cósmico.
La Reina salvando a Cronos, que también salvó a su estirpe.
Los ecos del Olimpo sobre la faz de Gea.
Heracles y un error y los doce trabajos.
La rebeldía de Prometeo y el fuego para los hombres.
Pandora y una caja y un destino y un legado.
La débil majestad que tuvo y perdió Aquiles.
El beso de Afrodita que rozó –y sigue rozando- la piel de todos.
La ira de Tifón menguando en el abrazo de Tártaro.
El Hades retumbando en los ladridos de Cerbero.
Un libro que dictó la voz divina
- como hay otros -
La esperanza en los ojos de Atenea,
cuyo verde se derrama en otros ojos,
cuyo verde se derrama en otros ojos,
cuyo verde se derrama en otros ojos
y te harán su esclavo para siempre,
aunque nunca los mires.
(aunque nunca me mires...)