I Hay un reino. No es La Meca ni Macondo, ni el Olimpo, ni el Edén de un dios histrión, ni la Atlántida perdida en lo más hondo, en el fondo de los mares de Platón. Ese sitio no figura en ningún mapa y del más fino radar, también se escapa. II Hay un reino. No es la Tierra Prometida, ni la Torre de Babel, ni Ciudad Gótica, ni el Infierno imaginado en esta vida por el Dante y su divina pluma utópica. Esa isla nunca juega en los Mundiales, y no tiene voz ni voto universales. III Ese pueblo no es el mítico paraje donde Borges vio nacer al Inmortal, ni tampoco es el jardín donde el linaje de Chuang-Tzu soñó su duda existencial. En sus piedras no está el fuego ni está el brillo, donde Tolkien derritió por fin su anillo. IV Esa playa, con los vientos a favor, fue el lugar donde jactados de osadía, sobre arena, como tigre y gladiador, nos cruzamos en combate, vida mía… Esa isla fue una lid muy reserva...
RED CULTURAL - HISTORIA - LITERATURA - FILOSOFÍA