I Te parecés a mi espejo. Te movés si yo me muevo, si miro, no hay nada nuevo y te vaciás si me alejo. Te enfrento y no sorprendés, solo hablás si yo te hablo y cara a cara al retablo, hacemos todo al revés. Carajo, te parecés… sos pulido, transparente, cauteloso y reticente de la cabeza a los pies. II Te parecés a mi espejo espiando en mi dormitorio como un fantasma en velorio, jugando con mi reflejo. Y aunque trato de empañarte con mi aliento de volcán, como llegaron, se van mis húmedas huellas. Parte de mí se quedó atrapada en tu cristal silencioso, cuyo juego misterioso es una dulce emboscada. III Te parecés a mi espejo… Estoy dentro, pero afuera, y una invisible barrera nos mantiene cerca y lejos. No puedo dejar de verte, me conformo con mirarte resignada a no olvidarte y a tenerte sin tenerte. IV Te parecés a mi espejo, si no te encaro no existo, a tu atra...
RED CULTURAL - HISTORIA - LITERATURA - FILOSOFÍA