Yo, que nunca he arrojado una moneda
en tu mágica Fontana de Tres Calles.
Y que no puedo nadar hasta tus valles,
y que duermo tan lejana a tus veredas.
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en tu mágica Fontana de Tres Calles.
Y que no puedo nadar hasta tus valles,
y que duermo tan lejana a tus veredas.
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Yo, que soy una montaña de despojos.
Que si apuesto a todo es porque nada tengo.
Que difícilmente voy. Que siempre vengo.
Que he empeñado mis relojes por tus ojos.
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Que si apuesto a todo es porque nada tengo.
Que difícilmente voy. Que siempre vengo.
Que he empeñado mis relojes por tus ojos.
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Yo, que habito en los confines de Macondo.
Que me dejan (sin mirarme) de costado.
Que pagué con sobreprecio mis pecados,
y que tengo una maestría en tocar fondo.
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Que me dejan (sin mirarme) de costado.
Que pagué con sobreprecio mis pecados,
y que tengo una maestría en tocar fondo.
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Yo, que sufro rebeldías arbitrarias.
Que no enseño con un método habitual.
Que me van a despedir por el ritual
de incumplir las normativas literarias.
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Que no enseño con un método habitual.
Que me van a despedir por el ritual
de incumplir las normativas literarias.
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Yo, que tengo un extravío galopante.
Que no veo ni de cerca ni de lejos.
Que me he vuelto hasta invisible en los espejos.
Que jamás me llevo el mundo por delante,
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Que no veo ni de cerca ni de lejos.
Que me he vuelto hasta invisible en los espejos.
Que jamás me llevo el mundo por delante,
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que no muevo media pesa en la balanza,
que no mido más allá del ras del piso,
que jamás acudo a pócimas ni hechizos,
que no ostento: ni una curva, ni una lanza;
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que no mido más allá del ras del piso,
que jamás acudo a pócimas ni hechizos,
que no ostento: ni una curva, ni una lanza;
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< con la endeble potestad de mis palabras,
he logrado que tu corazón se abra >
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he logrado que tu corazón se abra >
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Q U E S E A B R A
Q U E S E A B R A
Q U E S E A B R A
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