No habrá mejor maestro que mi viejo
muriendo desangrado y sin un grito,
valuándome la vida en lo infinito,
limpiando con sus ojos mis espejos.
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muriendo desangrado y sin un grito,
valuándome la vida en lo infinito,
limpiando con sus ojos mis espejos.
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Rompiéndome el chanchito de monedas,
que valen un instante, que no duran
más tiempo que el que tarda mi locura
poética en firmar que nada queda...
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que valen un instante, que no duran
más tiempo que el que tarda mi locura
poética en firmar que nada queda...
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EXCEPTO esta porfía de quererte
lamiéndote la orilla como un sismo,
mojándote en delirios de bautismo,
sabiendo que no fue en vano tenerte
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lamiéndote la orilla como un sismo,
mojándote en delirios de bautismo,
sabiendo que no fue en vano tenerte
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(anclado entre mi vientre y mi poesía)
aquellas noches (todas con sus días).
aquellas noches (todas con sus días).
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TODAS CON SUS DÍAS
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