UNA FE

Yo, que he sido un origami
acurrucado en tu espalda,
(que no he querido medir)
por no profanar montañas.
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Y que he sido arena fina
escurriéndose sin pausa
entre tus dedos de atlante,
bajo el conjuro de Palas;
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he burlado con mis letras:
de Poseidón, la muralla,
y de Cronos, la condena,
y del Leteo, la espada.
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Si a Roma no conducía
camino alguno, es que estaba
la misma Roma queriendo
inclinarse sobre el Plata.
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Y ante el riesgo de saber
cuáles han sido las causas,
(la fe ciega de un poeta
dibuja a su antojo el mapa),
.

prefiero creer que has vuelto
para beber en mis aguas,
para entibiarte en mi fuego,
para anidar en mi cama,
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como el águila, que sabe
que el cielo entero lo ampara,
pero que sólo en el Sur

tiene su casa.

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T I E N E S U C A S A

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