UNA PRETENSIÓN

Pretendo construir otra heredad:
sin mármol y sin piedra en los cimientos;
erguidas las columnas, roto el viento,
(sacrílego turbión de voluntad).
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Mis padres dejarán su reja abierta.
Mis jueces del espejo sonreirán.
Mis hijos - ¿cuáles hijos…? – abrirán –
quizás - con esa llave - alguna puerta.
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Habré de concluir este proyecto,
la fe de mis hermanos renacida;
y no habitar la Tierra Prometida,
pagando por lo humano y lo imperfecto.
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Al trazo de la tiza por las aulas
mi paso, que no habrá de registrarse,
por no querer la Historia devaluarse
con almas que desertan de las jaulas.
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Habré de dibujar en hojas de agua
las letras de tu Nombre y de este amor,
que no leerá ningún inquisidor
por no quemar sus ojos en la fragua.
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Por fin, pondré mis huellas en la arena,
en vano resultado del esfuerzo,
y habré de dedicarte algunos versos,
por no restarle glorias a las penas.
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¿Y cuando esté dispuesta la Partida…?
habré de pronunciar la despedida,
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E N P A Z