" INFERNO, CANTO IV "

Modelamos el perfil de nuestros monstruos.
Les ponemos sus nombres y adjetivos.
Los vamos esculpiendo en nuestras mentes
y cuando están a punto, los parimos.
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Se nos seca la sangre y la energía
hasta ver cuán gigantes los hicimos,
comprobando por fin que no habrá forma
de resguardarnos de su poderío.
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Los bautizamos Dioses, Karmas, Odios,
Previsiones, Rencores, Fanatismos,
Convicciones, Pandemias, Providencias,
Hecatombes, Secuelas o Destino;
.
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y, tarde, cuando estamos adorándolos,
bajo el peso de sus plantas nos morimos.