No temas, que no hay nada que perder:
Ni dos firmas en un acta promisoria.
Ni las mieles de un hogar, ni las euforias
de aquellos que planean trascender.
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Ni dos firmas en un acta promisoria.
Ni las mieles de un hogar, ni las euforias
de aquellos que planean trascender.
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Ni el riesgo de los celos. Ni el cristal
de las incertidumbres de un retoño.
Ni la piel descascarada del otoño
apagándonos el fuego original.
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de las incertidumbres de un retoño.
Ni la piel descascarada del otoño
apagándonos el fuego original.
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Ni la amputación sin fundamentos
(ecológicamente, troglodita)
de las desanimadas margaritas,
vacías de respuestas y argumentos.
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(ecológicamente, troglodita)
de las desanimadas margaritas,
vacías de respuestas y argumentos.
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Al ser los poseedores de la nada,
llevamos la ventaja de saber
que no hay algo posible de perder
en la vida que tenemos designada.
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llevamos la ventaja de saber
que no hay algo posible de perder
en la vida que tenemos designada.
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No temas… (hoy te escribo para eso).
Nuestro único tesoro asegurado
es el recuerdo bienaventurado
de tus brazos y de mis excesos.
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Nuestro único tesoro asegurado
es el recuerdo bienaventurado
de tus brazos y de mis excesos.
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No temas. Que no hay nada que temer.
Estamos destinados a no ser.
Estamos destinados a no ser.