Somos la grafía de otro pensamiento
que vuelto de carne, camina en la Tierra,
y dentro su espíritu invisible encierra
cada circunstancia de cada momento.
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que vuelto de carne, camina en la Tierra,
y dentro su espíritu invisible encierra
cada circunstancia de cada momento.
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Y en este ilusorio juego de albedrío,
no se nos permite vislumbrar las cuerdas,
de arriba hacia abajo, derecha e izquierda,
que nos van guiando con su poderío.
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no se nos permite vislumbrar las cuerdas,
de arriba hacia abajo, derecha e izquierda,
que nos van guiando con su poderío.
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< Ya estaban pensados > La fiebre y el fuego
que nos alcanzaron (igual que en la fragua
se funde el metal como hervor en el agua,
se expande el volcán con su desasosiego).
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que nos alcanzaron (igual que en la fragua
se funde el metal como hervor en el agua,
se expande el volcán con su desasosiego).
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El muro de agua que nos levantaron
la Razón, la Santa Inquisición, la vía
con sus paralelas de hierro, y el día
que nos atrevimos, y que no miraron.
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la Razón, la Santa Inquisición, la vía
con sus paralelas de hierro, y el día
que nos atrevimos, y que no miraron.
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Lo que no exigimos, lo que no juramos,
las reglas del juego más dulce del mundo
y cada sonrisa de cada segundo,
que por un divino plan, nos entregamos.
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las reglas del juego más dulce del mundo
y cada sonrisa de cada segundo,
que por un divino plan, nos entregamos.
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Cada afirmación sin peros ni requisas,
cada sensación hincando en los ijares,
todas las palabras, todos los lugares
donde hicimos fuego sobre las cenizas.
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cada sensación hincando en los ijares,
todas las palabras, todos los lugares
donde hicimos fuego sobre las cenizas.
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No elegimos ser, nacer, ni ante la Muerte
nos será otorgado decidir la exacta
fecha que en el mármol, muda, labre un acta;
y que nos abarque, al fin, toda la suerte.
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nos será otorgado decidir la exacta
fecha que en el mármol, muda, labre un acta;
y que nos abarque, al fin, toda la suerte.
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Y en el mapa antiguo que forjó el camino
ya constaba el arduo trazo de los nombres
de todos los rostros de todos los hombres,
y de cada paso y de cada destino;
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ya constaba el arduo trazo de los nombres
de todos los rostros de todos los hombres,
y de cada paso y de cada destino;
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y también de aquella noche (sin querellas)
en que me abrazaste bajo las estrellas.
en que me abrazaste bajo las estrellas.
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