Abril, 1616
Un nácar lago sutil
besa el rostro cincelado
de Julieta, y no es su amado
la causa de tal sufrir.
Es un veintitrés de abril
y al hacedor de su historia,
llora en su honor y memoria;
Romeo en trova febril
lo ha coronado de gloria
(con su lírica más bella…)
Teseo ve a su doncella
en el sueño shakespeariano
de una noche de verano
que irisa un broche de estrellas.
Se inmortalizan las huellas
con la poesía que infiere
(y en cuyas letras trasunta)
¨que el que nace el día que muere,
no puede morirse nunca¨.
(La nieve, precede al brote …)
Y… ¿ qué hiere a Don Quijote,
si no agrede a los molinos?
¿Será ese gesto mohíno
fugaz arresto de pena,
añorando a Dulcinea,
dando en su yelmo partido?
- ¡Vea el crespón, Rocinante!
-gruñe Sancho en el redil-
ocurre que es mes de abril,
y honra a Miguel de Cervantes
Un nácar lago sutil
eterniza el mes de Abril.
Se inmortalizan las huellas
de una noche de verano
y en un sueño shakesperiano,
debajo un broche de estrellas
la nieve, precede al brote,
convenciendo a Rocinante,
que no perturbe al Quijote
(mientras evoca a Cervantes…)